Desde que empece a escuchar metal extremo, el género musical que se me hizo más impenetrable fue el black metal. El saber que este disco es considerado como una piedra angular en el desarrollo no sólo del black, sino de varios estilos importantes del rock pesado, tales como el thrash o incluso el death, quise poner mis manos en él.
Tuve la suerte de encontrarlo en una disquera local de discos usados, y, pese a que la caja de cartón que lo contenía estaba severamente dañada, ese hecho, más que frenar mi interés, me impulsó aún más a comprarlo.
Una vez en casa, procedí a darle varias escuchadas. De forma contradictoria, pese a no ser en absoluto un disco sutil, fue necesario un largo tiempo para procesar su impacto. La producción es pésima, y la escasa variedad temática y musical tampoco contribuyen a descifrar propuestas que vayan más allá de un disco garajero, compuesto por fanaticos de la feroz velocidad metálica de Motorhead y adolescentes aficionados a la wouija. La portada, asimismo, reúne todos los clichés que harían caer al género en el terreno de lo ridículo.
Sin embargo, cuando estaba a punto de tirar la toalla, me di cuenta de que la respuesta estaba en mis narices todo el tiempo. Si se analiza fríamente, sería difícil encontrar una banda del periodo con un ataque guitarrero tan furioso y rápido, una voz más agresiva y una atmósfera mas asfixiante. La cancion homónima es un arquetipo de lo que, sónicamente, conformaría el estilo thrash, con un riffing vertiginoso y seco, acordes bajos y voces raspadas. Pero, al mismo tiempo, un clima de oscuridad recorre todos los pasajes del disco, cuyo sonido nebuloso y vagamente siniestro, sería sin duda influyente para el futuro black metal de bandas como la genial Bathory y los Darkthrone.
No es la influencia de Mercyful Fate, cuya virtuosidad instrumental, su imagen y la voz esquizofrénica de King Diamond definirían la propuesta de la movida; la influencia de Venom es, exclusivamente, de actitud.
Sucediéndose, una tras otra, las canciones van armando poco a poco el soundtrack del averno hasta llegar a la no despreciable "At War with Satan", un buen instrumental que representa un perfecto corolario para la obra y que determinaría el título del siguiente disco en la carrera de este trío de Newcastle por llegar a ser dignos de Satanás.
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