El debut de Iggy Pop y The Stooges resultaría sorprendente para los fans de sus temas más conocidos, como "Raw Power" o "Search and Destroy", no porque no posea la demencial furia de la interpretación y la crudeza del sonido de la banda, sino porque el enfoque es muy diferente. Aquí, el sonido Stooges es aún más primigenio, pero, irónicamente, más experimental y revolucionario.
El cuarteto de Detroit es, probablemente, el primer grupo que desnudó al máximo la instrumentación del rock, dejando efectivos sólo los elementos necesarios: un cantante, una guitarra, un bajo y una batería. No había lugar para más, ni tampoco se necesitaba.
Si los Doors fueron la primera banda "oscura" del rock, la Velvet Underground la respuesta de la Costa Este, y Frank Zappa & the Mothers of Invention la desfachatez total, The Stooges representó la consolidación, la prueba de la existencia de un sector marginado y marginal de la sociedad: Los renegados, los sucios, los que carecen de atractivo, los que quieren romper el molde porque no encajan, los que quieren evadir los convencionalismos porque ocultan la verdad. Eran aún más peligrosos porque no pretendían ser desadaptados, sencillamente lo eran.
Pese a que carecían del bagaje cultural de Jim Morrison, de un mentor como Andy Warhol o de un genio como Zappa -cuya banda, pese a su facha de freaks incorregibles, eran músicos de nivel de conservatorio-, The Stooges se las arreglaron para cambiar el rock para siempre.
Y lo hicieron con estilo.
La tosca distorsión del riff de entrada de "1969" avisa que estamos ante un álbum diferente. Y mientras riffs y solos crudísimos son acompañados por la sección rítmica más básica que puedas encontrar, Iggy Pop redacta su bestiario y lo hace de la forma más perversa. En "1969" predice el resultado de la apatía de una generación que prometió mucho y no logró nada. En "I Wanna Be Your Dog" la degeneración carnal llega a niveles insospechados, mientras que la icónica "No Fun" le hace eco a "1969" y profundiza la sensación de inanición. Les suceden la notable y venenosa "Real Cool Time" y otros ejercicios de rock cuadrado y garajero que cierran un disco inmediato y brutal, con la sola excepción de "We Will Fall" un absurdo tema de más de 10 minutos donde intentan emular innecesariamente a la Velvet, dando como resultado un enorme bostezo y un rotundo skip en el equipo.
Iggy Pop había empezado a cimentar su sitial entre los frontman inmortales del rock. Demente y contestatario como pocos, sus performances lo elevarían a nivel de héroe e ícono indiscutible del nacimiento del punk, una escena de la cual es padrino indiscutible. Pero ojo que sus compañeros no son mera comparsa. Los hermanos Ron y Scott Asheton, en guitarra y batería respectivamente, así como Dave Alexander, sentarían escuela por la furia anárquica y grosera de sus interpretaciones. Sid Vicious, Johnny Thunders y G.G. Allin tomaban nota. The Stooges fue el primer álbum de una propuesta que, pese a los arrebatos de velocidad y volumen que sus bandas perpetran con tal de llegar cada vez más lejos, nunca volvió a encontrar unos representantes más auténticos.
Un respeto a We Will Fall, que es un temazo, si no el mejor del disco.
ResponderEliminarmmm, digamos que no estaría mal, si le recortamos 5 minutos de tiempo efectivo.
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