lunes, 14 de marzo de 2011

OS MUTANTES - OS MUTANTES




El disco debut de Os Mutantes es lo que yo suelo entender como una "locura linda"
Y es que el disco entero pareciera una celebración. Una celebración por los tiempos de libertad musical e ideológica, del redescubrimiento de la cultura musical local y finalmente, una celebración por la perfecta química entre los miembros del trío (entre los cuales figura una novel Rita Lee).
Y es que resulta difícil no captar una lectura tal. Cada nota musical, cada sílaba, cada compás no sólo pareciera hecho con amor sino con una sonrisa de oreja a oreja.
Y resulta aún más fascinante y espontáneo por el hecho de que sus integrantes eran unos completos novatos en el campo instrumental.
El disco, en primera instancia, fusiona la psicodelia de Los Angeles (la más atrevida de la Costa Oeste) con los ritmos tribales y bailables del glorioso Brasil de los sesentas, justo en el boom del tropicalismo. Llevada a la práctica, esta fusión resulta inmejorable, dadas las enormes posibilidades de improvisación que ambos estilos sugieren.
El álbum arranca con “Panis et circenses”, un tema bastante sui generis, que, sin embargo, vence a los Beatles en su propio juego, logrando un cuadro lúdico demencial, el cual se somatiza pese a que nuestros cuerpos se resistan en un inicio. “A minha Menina” es una preciosa canción de samba con dulces coros contrapuestos a acentos lisérgicos y distorsión que no le envidiarían nada al Zappa de 1967-68. “Bat Macumba” es un alocado y contagioso ejercicio de disonancias, mientras que “Tempo no Tempo” resulta inclasificable pero genial.
Y así, tema tras tema se suceden, completando la representación áurea del país de origen. Representación que resulta mucho más honesta en su organicidad, dada la naturaleza exuberante y generosa del país del Maracaná, el Carnaval y la cachaça.

MEGADETH - RUST IN PEACE



Agregar algo a lo que muchos han dicho de este clásico se me hace un poco ocioso...pero me esforzaré en darle la mejor perspectiva posible a mis palabras.

Megadeth(o Megadave, como prefieran uds.) era una de las bandas líderes del movimiento thrash metal en los 80's, pero siempre guardó el estigma de estar a la zaga de Metallica.
En teoría, esto no debería pasar, ya que Mustaine participó en la composición de muchas de las mejores canciones de su ex banda, y su nivel instrumental era altísimo, al igual que el de los músicos de los que procuró rodearse desde un principio(quizás haya sido el tono demasiado nasal de su voz, quién sabe)

Habiendo cubierto el tema compositivo y musical de las capacidades del buen Dave, sólo quedaba 1 posibilidad: Las drogas y el alcohol, el mismo motivo por el cual fuera expulsado de Alcoholica.

Hacia 1988, año del lanzamiento del poco uniforme 'So Far, So Good, So What', Mustaine estaba en su peor forma física.
Para poder continuar su carrera(y seguir vivo) debió limpiarse el organismo. Una vez rehabilitado, puso en marcha su proyecto más ambicioso. Contrató al excepcional Nick Menza en batería y al guitar-hero Marty Friedman para la primera viola. La formación se completaba con el consistente Dave Ellefson al bajo.

Una vez limpio y con su banda completa, es cuando Dave tuvo la capacidad de componer a sus anchas y expander las fronteras del sonido que él y Hetfield habían desarrollado. Y 'Rust In Peace' sería, entonces, el álbum que compensaría con creces todos sus esfuerzos y privaciones. Justo premio para un genio incomprendido que luchó contra todo y contra todos.

Musicalmente, estaba a años luz de cualquier cosa que la banda hubiera compuesto antes. También estaba un escalón más arriba en el nivel de complejidad comparándolo con los trabajos de sus contemporáneos.
A la tremenda potencia del trabajo rítmico del thrash, se agregaron unos cambios rítmicos frenéticos, con una precisión que asusta. La interpolación de las guitarras en los solos y los acordes es cosa de arte, así como perfecta es la matemática de la sección rítmica. La capacidad de contrastar potencia con virtuosidad, rabia con neuronas, es el gran aporte del disco.

Ya no era sólo cosa de "más fuerte, más rápido, más agresivo" Esto es música cerebral, con mayor oxígeno en las secciones instrumentales y los arreglos, pero sin perder la urgencia en ningún momento.

Pruebas? Basta con que escuchen el casi computarizado riff de apertura de la inmortal "Holy Wars... The Punishment Due", el solo apocalíptico de "Tornado of Souls", la bestial precisión en los cromáticos riffs y solos de la legendaria "Hangar 18" o la controlada agresividad de "Take No Prisoners". Furia intelectual.
Resulta increíble que con la cantidad de elementos, arreglos y detalles el disco no suene exagerado, sobrecargado. En ningún momento pierde su capacidad melódica, incluso dándose el lujo de recurrir a influencias musicales del medio oriente y de darle un aire mecánico, tecnológico al conjunto.
Rust In Peace es un álbum exacto, así de simple.

Luego del lanzamiento de este disco, Megadeth ya nunca más estaría a la zaga de Metallica o de nadie más. Todo trabajo que lanzaron desde ese momento fue un acontecimiento y fue incluído entre los top de las listas especializadas (exceptuasndo el Risk, sabihondos), superando por lejos a su sombra negra.

Si se cuestionara la validez del hecho, bastaría con entender que 'Rust In Peace' no sólo marcó el cierre de toda una década, resumiendo todos sus conceptos y perfeccionándolos, sino que desarrolló una propuesta concreta para afrontar la siguiente.
No es casualidad que todos los trabajos más ambiciosos de metal extremo se lanzaran a partir de 1991.
Quien quiera quejarse, está un poco tarde. Mustaine ya puede dormir tranquilo desde hace 18 años.