domingo, 29 de noviembre de 2009

GLENN BRANCA - THE ASCENSION



No soy muy conocedor del no-wave. De hecho, llegué a tener conocimiento de la escena debido a que en un momento me rodeé de gente fanática de Sonic Youth(péguenme un tiro!) Aparentemente Glenn Branca se había constituido en una especie de institución de la escena experimental de NY a fines de los 70´s reclutando a algunos de los mejores músicos del circuito, incluyendo a Lee Ranaldo, futuro guitarrista de los ubicuos Youth.

La discografía de Glenn Branca es un tanto complicada. Similar a la de Stockhausen o quiza Merzbow en el hecho de que sus trabajos son denominados justamente "works", no álbumes. Pero como punto de referencia se yergue The Ascension, recomendado por muchas revistas y webs especializadas.
Dió la casualidad que un día me encontraba comprando cds y uno de los vendedores puso el disco en cuestión en los parlantes. Quedé totalmente embobado y no paré hasta comprarlo.

'The Ascension' es muy similar en estructura al 'White Light White Heat' de la Velvet. Ambos poseen pocos temas, de los cuales sobresalen 2 por su duración. Las canciones cortas funcionan como engranajes que mantienen todas las principales piezas del conjunto en perfecto funcionamiento. Su inmediatez y contundencia sonora son la antesala perfecta para el acto principal.

Resulta curioso que este sistema responda adecuadamente, considerando que la propuesta de Branca se basa en la deconstrucción del rock. Reclutando a un ejército de guitarristas y un baterista, su música nos muestra una cacofonía estructurada, una serie de pasajes rítmicos atonales, exentos de melodías convencionales que no cesa en su marcha demencial, únicamente apoyados por los golpes de la percusión, que sirve más bien como un cable a tierra. "The Spectacular Commodity", por ejemplo, sobresale del colectivo porque sus múltiples capas de guitarras poseen la propiedad de ser rítmicas pero solistas. Dictan una melodía sin melodía y un ritmo sin aparente estructura. Sin embargo, poniendo atención, se devela un sentido de composición heredado directamente de la música clásica. Se perciben movimientos y secciones.

He aquí el mayor aporte de Branca: El poder hilvanar 40 minutos de música sin gancho alguno, pero que logra mantener en vilo al aficionado sin problemas. Es un sonido que carece de emocionalidad alguna, en teoría, pero que sugieren sensaciones como visceralidad, esquizofrenia y abstracción en un contrapunto que muchos quisieran lograr. Es el sonido de nuestra mente.

ARCADE FIRE - FUNERAL
















'Funeral' es, de lejos, uno de los mejores álbumes del nuevo milenio, y es uno de los mejores trabajos de música independiente en mucho tiempo. Trataré de no expandirme demasiado en esta ocasión.
En breve, diré que el disco expresa belleza por donde se le mire(excepto en la calidad del digipak) Con una delicada propuesta sonora que incluye el aire barroco de las orquestaciones de Echo & the Bunnymen, la emotividad de Bowie y la extrema sinceridad de los Pixies, el efecto es conmovedor y dramático.

Absolutamente todas las canciones son buenas, y arman un conjunto de extrema vulnerabilidad en su aspecto lírico, donde las voces Win Butler y Reginne Chassagne no se guardan nada de nada(y considerando su situación personal, es perfectamente entendible). A la vez que gemas como "Neighborhood #1 (Tunnels)" y "Neighborhood #2 (Laïka)" desnudan una soledad y abandono arrebatadores, acentuados por los arreglos de cuerdas y teclados, las fluidas cadencias post-punk de "Neighborhood #3 (Power Out)" y el ritmo vertiginoso á la Roxy Music de "Rebellion(Lies)" denotan una urgencia ineludible.

Con la sombría belleza de "Crown of Love" como la cereza de la torta, Funeral es un disco que entrega un mensaje honesto, sí, pero que posee un carácter mundano y onírico a la vez. Narra sueños callejeros con la fragilidad y ternura de los cuentos de hadas, y todo ello sin perder la calidad musical, cualidades que rara vez se encuentran juntas en un sólo trabajo.

ANATHEMA - A NATURAL DISASTER

'A Natural Disaster' es un disco que me sorprendió bastante. Lo adquirí como parte de un lote promocional de discos de metal extremo, y me dispuse a darle un par de oídas antes de terminar de escuchar al resto.
De la discografía de Anathema yo no estaba muy informado. Sabía que se trataba de una de las bandas más importantes del doom metal (en su caso, death-doom) así que me imaginaba el típico sonido cavernoso y opresivamente lento del estilo.


Y cuando comenzó a sonar la maravillosa "Harmonium" quedé lelo. El sonido respondía al de una banda de rock progresivo contemporánea que privilegia las largas y azules texturas atmosféricas del post/rock con una performance vocal limpia y una guitarra poderosa(aunque no necesariamente metálica) que sirven de guía sonora para no perder de vista la progresión de las canciones. El suyo es un sonido increíblemente expresivo. No necesita del volumen o agresión excesiva del estilo inicial de la banda para canalizar la urgencia de su mensaje. Yo, sin llegar a entender las letras del todo, tampoco las necesito, ya que la parte instrumental sugiere más que suficiente.


Temas como el mencionado "Harmonium", la canción del título o la extensa "Violence" representan lienzos impolutos para el ejercicio de pinceladas sónicas de inusitada riqueza y potencia que se superponen en un idílico efecto.


Es una propuesta que conjuga la complejidad sonora con un sentido de construcción lo suficientemente claro como para procesar su música fácilmente. Es un disco inmediato y que recompensa a la primera escucha. No necesita de un público en particular para ser apreciado

13th FLOOR ELEVATORS - THE PSYCHEDELIC SOUNDS OF THE 13th FLOOR ELEVATORS

Para mí existen dos tipos claros de psicodelia: la alegrona, contestataria y luminosa del movimiento de San Franciso es la que suele ser recordada por el público en general. Al fin y al cabo, fueron los grupos más famosos y que participaron en los festivales más importantes de música pop. Pero también existió la otra rama, la más experimental e inclasificable, aquella cuyo sonido se asocia con una franca esquizofrenia. Este "otro" tipo de música influenciada por el LSD y drogas diversas fue germinándose lejos de las costas Este u Oeste, más precisamente en Austin, Texas, considerada actualmente como la capital de la música en vivo. Y estoy seguro que tal reputación se debe, en cierta parte, a su historia. El nacimiento del rock psicodélico fue forjado en sus calles y centros comerciales (si, centros comerciales).


Uno de los miembros originales de aquella camada, un tal Roky Eriksson, ya tenía cierto tiempo dándole al micrófono y buscando una banda estable, que permitiera fluir sus particulares ideas musicales. Encontró a los compañeros que necesitaba, peleó por un contrato con la incipiente International Artists (hogar de los legendarios Red Krayola y de Bubble Puppy) y se mandó con el álbum debut, luego de cierto éxito local con el tremendo single de "You're Gonna Miss Me"



Ahora, "You're Gonna Miss Me" es una de aquellas canciones que llegan cada 10 o 20 años. Fue una especie de parte-aguas en la dirección que tomaría la música popular. Su efectiva y furiosa simpleza garage, su parentesco con la ubicua "Gloria" y, en especial, los chiflados alaridos de Eriksson la volvieron inmortal. Pasó muchos años en la oscuridad, pero nunca desapareció del todo y se dio el lujo de aparecer como referente para nuestra enciclopédica época, y hasta figurar en películas de primer orden.

Alentado por tal suceso, los 13th Floor Elevators armaron espartanamente el resto del LP, le añadieron una portada tan icónica como tosca y así, de forma tan simple, le dieron el punto de partida al rock ácido. Pero lo que extraña más es el contenido. Si tú eres uno más de los incautos que se esperaba un álbum lleno de cortes garajeros y enérgicos, debiste darte un masazo cuando los siniestros primeros acordes de "Rollercoaster" aparecieron. Un producción paupérrima, una total anarquía vocal, una sección rítmica amateur, y, como la cereza, un ornamento sonoro más que bizarro (electric jug, que hasta ahora no se que m... es) es la mezcla teórica que ofrece 'The Psychedelic Sounds of the 13th Floor Elevators'. Digo teórica, porque el resultado final es mucho más complejo de definir. Es un sonido absolutamente alienante, que no parece pertenecer a este plano. Es un viaje violentísimo hacia el interior de una mente turbada como la de Eriksson, donde la dulzura de "Splash 1 (Now I'm Home)" choca con la locura de "Fire Engine" en sólo unos instantes. Es un disco muy bueno, pero muy bizarro también.



Y si eres capaz de obviar su importancia histórica y tener paciencia con la horrorosa calidad de grabación, corre y búscalo. Este es un disco de materia obligada no sólo por su papel en el desarrollo de la música contemporánea, sino como ente individual. Pero las advertencias están, no lo tomes a la ligera. No es un disco que se procese en un día.