domingo, 29 de noviembre de 2009

13th FLOOR ELEVATORS - THE PSYCHEDELIC SOUNDS OF THE 13th FLOOR ELEVATORS

Para mí existen dos tipos claros de psicodelia: la alegrona, contestataria y luminosa del movimiento de San Franciso es la que suele ser recordada por el público en general. Al fin y al cabo, fueron los grupos más famosos y que participaron en los festivales más importantes de música pop. Pero también existió la otra rama, la más experimental e inclasificable, aquella cuyo sonido se asocia con una franca esquizofrenia. Este "otro" tipo de música influenciada por el LSD y drogas diversas fue germinándose lejos de las costas Este u Oeste, más precisamente en Austin, Texas, considerada actualmente como la capital de la música en vivo. Y estoy seguro que tal reputación se debe, en cierta parte, a su historia. El nacimiento del rock psicodélico fue forjado en sus calles y centros comerciales (si, centros comerciales).


Uno de los miembros originales de aquella camada, un tal Roky Eriksson, ya tenía cierto tiempo dándole al micrófono y buscando una banda estable, que permitiera fluir sus particulares ideas musicales. Encontró a los compañeros que necesitaba, peleó por un contrato con la incipiente International Artists (hogar de los legendarios Red Krayola y de Bubble Puppy) y se mandó con el álbum debut, luego de cierto éxito local con el tremendo single de "You're Gonna Miss Me"



Ahora, "You're Gonna Miss Me" es una de aquellas canciones que llegan cada 10 o 20 años. Fue una especie de parte-aguas en la dirección que tomaría la música popular. Su efectiva y furiosa simpleza garage, su parentesco con la ubicua "Gloria" y, en especial, los chiflados alaridos de Eriksson la volvieron inmortal. Pasó muchos años en la oscuridad, pero nunca desapareció del todo y se dio el lujo de aparecer como referente para nuestra enciclopédica época, y hasta figurar en películas de primer orden.

Alentado por tal suceso, los 13th Floor Elevators armaron espartanamente el resto del LP, le añadieron una portada tan icónica como tosca y así, de forma tan simple, le dieron el punto de partida al rock ácido. Pero lo que extraña más es el contenido. Si tú eres uno más de los incautos que se esperaba un álbum lleno de cortes garajeros y enérgicos, debiste darte un masazo cuando los siniestros primeros acordes de "Rollercoaster" aparecieron. Un producción paupérrima, una total anarquía vocal, una sección rítmica amateur, y, como la cereza, un ornamento sonoro más que bizarro (electric jug, que hasta ahora no se que m... es) es la mezcla teórica que ofrece 'The Psychedelic Sounds of the 13th Floor Elevators'. Digo teórica, porque el resultado final es mucho más complejo de definir. Es un sonido absolutamente alienante, que no parece pertenecer a este plano. Es un viaje violentísimo hacia el interior de una mente turbada como la de Eriksson, donde la dulzura de "Splash 1 (Now I'm Home)" choca con la locura de "Fire Engine" en sólo unos instantes. Es un disco muy bueno, pero muy bizarro también.



Y si eres capaz de obviar su importancia histórica y tener paciencia con la horrorosa calidad de grabación, corre y búscalo. Este es un disco de materia obligada no sólo por su papel en el desarrollo de la música contemporánea, sino como ente individual. Pero las advertencias están, no lo tomes a la ligera. No es un disco que se procese en un día.

No hay comentarios:

Publicar un comentario