viernes, 1 de octubre de 2010

THE MELVINS - BULLHEAD




'Bullhead' de 1991 es uno de los álbumes más queridos por la fanaticada de esta particular banda de Aberdeen.
Una vez superados los diferentes escollos con respecto a la solidez de sus composiciones de estudio y de la producción de sus trabajos, finalmente el sonido del grupo se asienta y define.

Resulta irónico pensar que, para una banda pionera en el sludge metal y grunge, recién llegue el momento del "despegue" tantos años después. Exactamente el mismo año en que el movimiento al cual contribuyeron a dar vida explotó cambiando los esquemas de la música popular de toda una década.

Y es precisamente la total carencia de concesiones comerciales la cual hace que los Melvins pasaran desapercibidos al oìdo público, mientras sus herederos se convertían en los nuevos héroes del rock gringo.
Basta con darle un pequeño repaso a los temas del disco:

"Boris" abre con un riff penosamente lento, opresivo y pesado, sello de fábrica del maestro Buzz Osborne, el cual se repite incansablemente a lo largo de sus 8 minutos y medio, en una especie de metálico trance de sabor industrial.
La ausencia de color del trabajo guitarrero se repite igualmente en canciones como "Anaconda" y "Ligature", densísimos ejercicios de distorsión y feedback, en contrapunto con cortas secciones de quasi-drone metal, las cuales podrían resultar cansinos para oídos no entrenados en este tipo de sonidos. Pero para aquellos ya iniciados, la impenetrable estructura de "If I Had an Exorcism" y "Your Blessened", así como la aplanadora "Zodiac"(que rompe el esquema con su velocidad inusitada) así como la más flexible "It's Shoved"(el tema más conocido del disco) representan un regalo del cielo, ejerciendo una hipnótica influencia sobre el oidor, que siempre pensará que el disco duró mucho menos de lo que pensaba y el cual se encontrará confundido luego de que el solo de batería del genial Dale Crover en "Cow" llegue a su repentino fin.

Es un álbum complicado, pero que recompensa con creces la paciencia. Y una vez que lo proceses te podrás dar el lujo de reírte con la irónica portada y con el conocimiento de que la bajista es nada más y nada menos que la hija de Shirley Temple.

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