lunes, 23 de marzo de 2009

DEPECHE MODE - VIOLATOR


El mejor disco de synth pop de todos los tiempos? Sì, y no tengas duda alguna. Podrìa darte muchas razones, tales como la innata capacidad melòdica y compositiva del genio Martin Gore, la invalorable colaboraciòn musical de los ya curtidos Wilder y Fletcher, y la coincidencia del momento preciso para una banda que ya habìa saboreado las mieles del èxito. Y digo esto ùltimo porque Depeche Mode no era ajena al èxito. Para 1989, año en que introdujeron Enjoy the Silence a sus conciertos, y con el single de Personal Jesus sonando en todas las radios, ya la banda tenìa casi 10 años en el circuito y con un repertorio de hits nada desdeñable, donde figuraban Just Can´t Get Enough, Get the Balance Right, People are People, Master and Servant y Never Let Me Down Again. Un año despuès, y con el boom de la mùsica basada en sintetizadores aparentemente terminado, Violator es lanzado. 1990 probarìa ser un año de cierres importantes en el campo musical, y Depeche Mode probarìa ser una de las bandas que mejor supo encapsular las lecciones aprendidas de toda una dècada de reeencauche en la mùsica. MTV seguìa reinando como medio principal de difusiòn de los mejores grupos, pero la dominante superficialidad de muchos de los representantes pop de la època empezaba a ceder terreno hacia propuestas màs serias y el oìdo popular se mostraba accesible. Aquì es donde Violator prueba su importancia. Tù sòlo lanza un nombre: World in my Eyes, Sweetest Perfection, Personal Jesus, Policy of Truth, Waiting for the Night, muchas de las mejores canciones de la banda se encuentran aquì, y casi todas ellas fueron exitosas. Capìtulo aparte para la mayor joya del synth pop, Enjoy the Silence. Sublime y dramàtica como pocas otras canciones, resultan conmovedoras la orquestaciòn de sintetizadores, la sencilla lìnea de bajo y guitarra y, sobre todo, la inconfundible voz de David Gahan. Si existe algùn cantante para DM, ese es David Gahan, y no hubiera podido existir otro. Un tono grave, melancòlico y hasta obsceno, que aquì recita a la perfecciòn 9 piezas de oscuras escenas de intimidad. Este es un disco diseñado para el dance club, o mejor aùn, para el dormitorio. Un disco que define lo que significa la noche, su soledad y sus perversiones. El disco que fijarìa la cumbre para la mùsica electrònica, como documento esencial de toda una era, y que se mantiene igual de vigente luego de casi 20 años.

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