miércoles, 10 de octubre de 2012

BUENOS MUCHACHOS - UNO CON UNO Y ASÍ SUCESIVAMENTE



Recibì este disco el año 2007, a raíz de una recomedaciòn que me hizo un amigo uruguayo de un foro. 
Temìa (y mantengo dicho temor sobre los discos de bandas latinoamericanas) el toparme con una producción deficiente, falta de personalidad y tendencia a lo seguro, a la emulación de bandas anglosajonas, las cuales suelen dictar las tendencias de la música popular. 

Por otro lado, de rock uruguayo no sè ni papa. Los Shakers, La Vela Puerca y poco màs. Era una base muy endeble. Sobre todo si te aventuras con un álbum del 2006.

La portada era buena, lo cual era un plus. Aùn excèptico, coloquè el disco en la lectora y desde el primer momento, Uno con Uno….me dio una grata lecciòn. No hay desperdicio, no hay excesos y los detalles están muy bien dosificados. 

Es un sonido fresco. Tiene punche, huevos pero la suficiente delicadeza para contraponer lo onírico y lo visceral en gran forma. Las melodías suelen ser muy bellas a través de sus múltiples expresiones, ya se trate de un arpeggio, un acento de cuerdas, trazos de feedback guitarrero o arreglos de vientos. La producción es notable y le brinda expresión al trabajo vocal, a la vez que personalidad (tiene un regusto rioplatense claro) y tiene un gran sentido de la tensión y dinámica musical, ya sea en una canción o en la misma secuencia de los surcos. 

Y es esto último lo que hace a Buenos Muchachos una buena banda. Si bien las canciones tienen el defecto de no ser realmente memorables, una vez que el disco gira en el equipo, nunca aburre y te mantiene pendiente. Hay variedad y sorpresa. Se manejan entre punk, folk y rock sinfónico como jugando. 

En aquèl tiempo, me había interesado por el shoegaze, el noise rock y el no wave. Fue una exploración bastante superficial, debo decir, pero el gusto por la música independiente, con guitarras profundas, carencia de ganchos fáciles y gusto por las texturas sònicas me facilitò las cosas para la lectura del álbum. 

Hay influencias aparentes emparentadas con los estilos citados arriba. Por ejemplo, los rabiosos rasgueos de "Y la nave va" te recuerdan a Sonic Youth. "En la nada" y "Lengua distorsión" denotan la idílicas melodías que los Smashing Pumpkins y Yo la Tengo solìan imprimir en sus guitarras a inicios de los 90’s. Siento la influencia pomposa y gòtica de los Radiohead del OK Computer en temas màs lentos como  "¿Qué hacés joâo?". Resulta interesante còmo combinan el garaje gringo con la càmara británica y añaden temas vernaculares en la receta sin que el conjunto sufra. 

No emulan, no reinventan, pero saben reinterpretar los sonidos y sazonarlos. 
Este sancochado està bueno.

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