miércoles, 7 de septiembre de 2011

POR QUÉ ESCUCHAR A ESTAS BANDAS?

JANE'S ADDICTION




Jane's Addiction es la propia definición de la palabra "singular" en el diccionario del rock. Probablemente no hubo otra banda tan oscura o marginal en entrar a las listas del mainstream o tener algún éxito comercial. Eran honestos, auténticos y nunca tenían el menor miedo de hablar sobre cualquier tema.
Cualquiera.





Aunque su música es altamente técnica, pomposa e imaginativa (más cercanos a la cámara que al garaje) el contenido lírico de sus canciones -repleto de historias acerca de asesinos seriales, violadores, muerte, sobredosis y orgías- era el retrato más lóbrego y más fiel de las calles del bajo fondo de Los Ángeles.
En teoría, esto es práctica común, pero, a diferencia de la mayoría de sus contemporáneos más destacados, ellos no glorificaban dichos temas, sino que los aceptaban como parte de sí mismos. Por ello, algunas de sus canciones más conocidas se convirtieron en himnos fieles de su ciudad y de una audiencia que pudiera ponerse en el lugar del grupo, tomándolos como iguales.




(Ojo, no confundirse: si bien Perry Farrell y Dave Navarro gustan de parecer divas en estos días, en el escenario la banda tenía y tiene una relación mucho más horizontal con los fanáticos...un commodity que escasea por todos lados)

Su discografía comienza con un álbum en vivo (el debut epónimo) lo cual no es casualidad. Sus conciertos eran verdaderos bacanales de mujeres desnudas, besos entre especímenes humanos andróginos y una atmósfera completamente gitana que rodeaba a un público compuesto por fans del punk, metal y música hippie, los cuales, por una vez, estuvieron de acuerdo en algo: Jane's Addiction era la siguiente gran banda del rock.

Este eclecticismo jugó en su favor y, pronto, la "nación alternativa" encontró a sus embajadores.




1992, y la revolución del grunge estaban cerca, pero Jane's no llegó. Luego de separarse en 1991, se convirtieron en una sensación de culto y sus fans más antiguos estaban orgullosos de contarte que, alguna vez, existió este cuarteto que inventó un sonido - luego atribuído a un pequeño grupillo de Seattle - que produjo dos discos de estudio inolvidables, plenos de riffs pesados y dinámicos al mejor estilo de Sabbath y Zeppelin; una percusión intrincada y casi tribal; líneas de bajo líricas; un cantante obsceno con una delgada pero intrigante voz (justo como una mezcla de Velvet Underground y los primeros The Cure) y un sentido del ritmo y tensión musical que podría hacer explotar tu cabeza en cualquier momento. Tal como un orgasmo femenino múltiple...justo como Xiola Bleu en el solo de "Three Days"."

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