No soy muy conocedor del no-wave. De hecho, llegué a tener conocimiento de la escena debido a que en un momento me rodeé de gente fanática de Sonic Youth(péguenme un tiro!) Aparentemente Glenn Branca se había constituido en una especie de institución de la escena experimental de NY a fines de los 70´s reclutando a algunos de los mejores músicos del circuito, incluyendo a Lee Ranaldo, futuro guitarrista de los ubicuos Youth.
La discografía de Glenn Branca es un tanto complicada. Similar a la de Stockhausen o quiza Merzbow en el hecho de que sus trabajos son denominados justamente "works", no álbumes. Pero como punto de referencia se yergue The Ascension, recomendado por muchas revistas y webs especializadas.
Dió la casualidad que un día me encontraba comprando cds y uno de los vendedores puso el disco en cuestión en los parlantes. Quedé totalmente embobado y no paré hasta comprarlo.
'The Ascension' es muy similar en estructura al 'White Light White Heat' de la Velvet. Ambos poseen pocos temas, de los cuales sobresalen 2 por su duración. Las canciones cortas funcionan como engranajes que mantienen todas las principales piezas del conjunto en perfecto funcionamiento. Su inmediatez y contundencia sonora son la antesala perfecta para el acto principal.
Resulta curioso que este sistema responda adecuadamente, considerando que la propuesta de Branca se basa en la deconstrucción del rock. Reclutando a un ejército de guitarristas y un baterista, su música nos muestra una cacofonía estructurada, una serie de pasajes rítmicos atonales, exentos de melodías convencionales que no cesa en su marcha demencial, únicamente apoyados por los golpes de la percusión, que sirve más bien como un cable a tierra. "The Spectacular Commodity", por ejemplo, sobresale del colectivo porque sus múltiples capas de guitarras poseen la propiedad de ser rítmicas pero solistas. Dictan una melodía sin melodía y un ritmo sin aparente estructura. Sin embargo, poniendo atención, se devela un sentido de composición heredado directamente de la música clásica. Se perciben movimientos y secciones.
He aquí el mayor aporte de Branca: El poder hilvanar 40 minutos de música sin gancho alguno, pero que logra mantener en vilo al aficionado sin problemas. Es un sonido que carece de emocionalidad alguna, en teoría, pero que sugieren sensaciones como visceralidad, esquizofrenia y abstracción en un contrapunto que muchos quisieran lograr. Es el sonido de nuestra mente.