lunes, 5 de agosto de 2013

IGGY & THE STOOGES - RAW POWER



El año es 1973. Por aquél tiempo, el movimiento hippie era cosa del pasado. Artística y comercialmente hablando, los grupos británicos de rock pesado y el Arena Rock americano en su fase embrionaria eran las fuerzas dominantes del rock n' roll. Era también el momento en que la música pop se iba a convertir de forma definitiva en un fenómeno corporativo, con festivales enormes y altamente rentables por todos lados. Para alguien que adoraba su rock n' roll conciso y rabioso, tal cuadro era una pesadilla. Todos se esforzaban en dotar su música de los elementos más ambiciosos y "serios" posibles.

Y fue en ese contexto gris en que 'Raw Power', el tercer y último álbum de la primera (y la única!!!) fase de la "carrera" de los Stooges fue lanzado. Si el LP hubiera sido publicado unos 10 ó 15 años después hubiera sido un hit definitivo en la escena subterráneana e incluso ingresado a las listas angloparlantes. 

El álbum lo tenía todo. La naturaleza monstruosa y contestataria de la banda, un sonido más directo (si eso es una posibilidad) y, más importante, capacidad compositiva.

Ya desde el inicio, la atemorizante “Search and Destroy” demuestra que la banda no está jugando. Difícil encontrar una canción más ruidosa, furiosa o anárquica del periodo, o de cualquier otro periodo para tal caso. James Williamson puede que no sea un guitarrista tan idiosincrático como Ron Asheton, pero era un bullero y salvaje hijo de puta. Sus violentos riffs y fraseos se asemejan a un caos apenas controlado que se complementan con los aullidos apocalípticos de Iggy Pop, pero la intensidad del volumen es demasiado perturbadora como para dejarla de lado.
Especialmente si está diseñada para fortalecer el mensaje de la performance.
La canción del título es otro buen ejercicio de poder crudo, mostrando una arrogancia desvergonzada por la que cualquier otra banda mataría. Lo mismo se puede decir para la bestial “Your Pretty Face is Going to Hell". 

Pero no nos olvidemos que, incluso en su gloriosa estupidez, The Stooges siempre guardaron un poco secreto lugar para sutilezas. Basta con darle una escucha a la misteriosa línea de teclado en “Penetration”, el sabroso blues de "I Need Somebody" o los acordes bajos y dolorosa interpretación vocal de Iggy en la oscura joya central “Gimme Danger”, los cuales sirven como disfraz de una de las secciones de bulla blanca más ensordecedoras de todos los tiempos. La línea "There's nothing in my dreams, Just some ugly memories” es especialmente sombría.
La banda es fuerza bruta y primitiva, sí, pero sorpresa! tenían cerebro.

Sería ocioso describir lo influyentes que resultaron estos peligrosos 32 minutos para tanta gente. Con sólo nombrar a los Sex Pistols, Guns N’ Roses y los Melvins(o creías que "Snake Appeal" no era un guiño a "Shake Appeal"?) debería ser suficiente.
Raw Power nunca ingresó a las listas o se volvio una entidad commercial viable, pero nunca necesitó serlo.

Ahora, ve y cómpralo inmediatamente. Colócalo en tu equipo al máximo volumen posible y presenciarás un verdeadero “Death Trip".

Ah, otra cosa. Asegúrate de conseguir la version remix de 1997 de Iggy Pop. Esa es la versión que te asegurará la experiencia completa, de la manera correcta.

sábado, 23 de marzo de 2013

TESTAMENT - THE GATHERING

 
Luego de casi 15 años, la gran banda thrash que nunca llegó al estrellato finalmente terminó con la búsqueda.

Continuando con el extraño juego de besitos entre miembros de Slayer, Death y Testament, es entonces que en 1999 la "banda" de Chuck Billy y Eric Peterson finalmente encuentra un ensamble adecuado para la enorme suma de talentos.
No contentos con añadir a notables músicos de metal extremo como el bajista Steve Di Giorgio y el violero James Murphy, Testament se da el gusto de incluir al mejor baterista del thrash, Dave Lombardo.

Y los rumores pagaron con creces. Sería mezquino no atribuir a la presencia de estos 3 all star al éxito que el estupendo 'The Gathering' logra consolidar. Y es que aquí hablamos de una obra musical integral, donde el conjunto y los componentes son igual de importantes.
El disco es bestialidad pura, con una sección rítmica endiablada en la velocidad, cambios y punitiva potencia. Lombardo da una nueva clase de cómo manejar el doble bombo y el snare con sencillez pero con una encegadora precisión, mientras que el bajo pareciera explotar a través de los parlantes. A esta base se suma la perturbadora masa sónica de las guitarras, las cuales se debaten entre cromatismos sonoros y refuerzo de lujo de la rítmica. La performance vocal de Billy es notable, encontrando un punto medio exacto entre thrash y death, con los cojones del primero y los intestinos del segundo.

Highlights? Todas, ja, pero si desean introducciones, consíganse "Down for Life" dueña de unos riffs thrash de una dinámica inédita desde "Creeping Death" de Metallica. El trío de "Legions of the Dead", "Careful What You Wish for" y "Riding the Snake" es impagable en el impacto que genera el sonido en el escucha. No he sentido tal intensidad y furia en el metal extremo clásico desde que Slayer lanzara Reign in Blood. Y lo mejor de todo es que es música bien hecha, con coherencia, sin abusar de la potencia porque sí, incluyendo algunos momentos de oxígeno y luz en el conjunto. No hay desperdicio.

Testament despidió su década negra de la mejor manera.
Para aquellos ya iniciados en la banda, el presente álbum es de materia obligada. Para los que no la conocen, no es la mejor introducción, pero no lo descarto como opción para quien desee escuchar un disco de puta madre y se olvide de nombres o estilos.